El Restaurante Kañete se encuentra en una edificación antigua en el barrio tradicional de Surquillo, (un distrito popular gracias a su propuesta gastronómica) donde antiguamente funcionaba una fábrica de zapatos, por eso se utilizaron las hormas como parte de la decoración y como metáfora de que el camino se hace al andar.

Cada detalle de la decoración de Kañete ha sido meticulosamente pensado. La decoración ecléctica combina tradición y modernidad, manteniendo un toque personal con el uso de elementos de la cocina de la madre del chef y recuerdos de su infancia que lo vuelven único, así como detalles de la misma construcción del inmueble como los muros de adobe que han sido preservados e ingeniosamente fusionados con elementos modernos.

La cocina totalmente abierta es recubierta de un extenso e imponente mural, que describen escenas de la vida rural andina, hecho completamente a mano por los hermanos Oré Landeo.